Afrontamos nuestra última etapa del camino por una senda que desde el lugar de O Outeiro, comarca de Vedra, en un continuo descenso cruza la comarca de Boqueixón, siendo su punto más bajo la ermita de Santa Lucía, en el lugar de Piñeiro. En este recorrido nos moveremos por desniveles moderados en los que en los primeros kilómetros transitaremos por zonas rurales con aldeas y urbanizaciones diseminadas, y finalizaremos la etapa y nuestro periplo peregrinatorio inmersos en un trazado completamente urbano.
Hemos diseñado una etapa más corta, de apenas 17 kms y con un relieve suave y descendente, lo que nos permitirá llegar a tiempo a la catedral compostelana para asistir a las 12 a la misa del peregrino.
El Pico Sacro es el hito que marca esta etapa, divisándose su característica cima en forma de mama desde cualquier punto más o menos lejano.
Este lugar es uno de los más señalados de todo nuestro itinerario, y marca un antes y un después en relación a la "Translatio" del cuerpo del Apóstol Santiago. Su nombre es fuente de innumerables leyendas y cuentos populares siendo la más importante la leyenda de la reina Lupa y su conversión al Cristianismo después del milagro obrado por los discípulos del Apóstol. Según cuenta la historia, estos buscaban un lugar donde poder enterrar al Santo y, para ello se dirigieron a la reina Lupa quien engañándoles les envió al monte sagrado para que fueran eliminados por los bueyes salvajes y el dragón que vigilaban el monte. Cuando los monstruos salieron a su encuentro los Discípulos haciendo la señal de la cruz consiguieron amansar los bueyes y matar al dragón. En este lugar, menciona el Codex Calixtinus, fue enterrado por primera vez el Apóstol.
Mitos y leyendas aparte, no es menos cierto que el Pico Sacro, por su particular morfología a base de rocas de cuarzo cristalizado, ofrece un atractivo especial con una silueta que es referente visual en todo el paisaje y, que nos permite por primera vez contemplar en todo su esplendor las torres de la catedral. Asimismo constituye también un enclave estratégico, al lado del cual se trazaron vías de comunicación desde época romana.
- A nivel natural destacan varias singularidades: dos cuevas que son de las más grandes de Europa que se conocen en cuarzo, también relacionadas con gran número de historias y mitos y, la calle de la Reina, una gran hendidura que divide la cima. Una impresionante trinchera de 2 metros de anchura por 6 de alto.
- A nivel arquitectónico destaca el monasterio dedicado a San Sebastián, fundado en el 912 por el obispo Sisnando bajo la regla de San Benito. Sobre este edificio se construyó la capilla de San Sebastián del siglo XII. En 1470 se edificó también en la cima del monte una torre de vigilancia, mandada construir por el Arzobispo Alonso II de Fonseca y, de la que aún quedan restos en su cumbre.
El centro de interpretación del Pico Sacro se encuentra en la casa rectoral de Lestedo, en la aldea de Cachosenande, a los pies del mismo pico.
Continuamos nuestra marcha por las aldeas del Concello de Lestedo, pasando por Ardaris, Rubial, donde nos encontramos con el desvío para ascender al Pico Sacro antes mencionado, y donde podemos ver un antiguo lavadero y un cruceiro.
Seguimos avanzando hasta Villa Irene, que dejaremos a nuestra derecha, Gandara, O Cañoteira do Madrozos, Aldrei, Vixoi, continuando ahora por las localidades de Lestedo, Deseiro y Piñeiro, donde nos desviaremos del camino unos metros para visitar la ermita de Santa Lucía.
A continuación de la ermita cruzamos el río, subimos por calle real de Piñeiro y, pasamos bajo la autopista AP-9 y el ferrocarril. Ya muy cerca de la urbe compostelana cruzaremos el puente de Angrois que nos encontramos siempre colmado de flores y múltiples objetos recordando al accidente ferroviario tristemente sucedido el 24 de Julio de 2015 y, donde desgraciadamente murieron 79 personas, algunos de las cuales posiblemente fueran peregrinos que se disponían a celebrar la festividad del Apóstol ese año.
Después de este emotivo recuerdo nos adentramos ya en el barrio compostelano de Sar, que nos recibe con su hermosa colegiata.
El edificio religioso formaba parte de un monasterio y su construcción data de 1136. La iglesia románica, de planta basilical, es muy espaciosa y está completamente abovedada. Fue consagrada, sin concluirse, por el arzobispo Diego Gelmírez y fue rematada ya a principios del siglo XIII.
El puente romano que ahora cruzamos nos lleva a transitar por una larga recta, subimos por Castrodoncelos y, después, continuando por un largo trazado urbano, llegaremos a la puerta de Mazarelos, paso obligado para los arrieros y peregrinos que eligieron los caminos del sur.
Lamentablemente esta es la única de las siete puertas de Santiago que se conserva.
Es hora ya de situarnos ante los pies de la magnífica Catedral de Santiago de Compostela, meta de nuestro viaje y final de la inolvidable e indescriptible Vía del Oro.
Hemos cumplido por fin nuestra peregrinación a través, esta vez, de un recorrido inédito, pero cuyo destino final nos ha llevado a vivir una experiencia única e inolvidable.
Ahora sólo anhelamos dar el abrazo final al Santo, a Santiago, el amigo de Jesús, el amigo del Señor y por ende el amigo de toda la humanidad. Físicamente o con el corazón, el abrazo al Apóstol es uno de los antiguos ritos jacobeos que surgió del afán popular por sentir la cercanía física tras el esfuerzo de la peregrinación. Es un momento de triunfo, un instante de gozo personal y de esperanza suprema.
La peregrinación nos ha servido para nuestro enriquecimiento personal en todos los aspectos de nuestra vida y, ahora toca entrar triunfalmente en el templo catedralicio. Lo hacemos por la puerta pequeña llamada del Perdón y Misericordia.
La puerta, situada en la plaza de Quintana de los Muertos, es la más austera del entorno catedralicio y nos acoge humilde y angosta y, a ella llegamos cargados con nuestras miserias y bajezas morales. Atravesamos al fin el petril con una única idea en mente, la vuelta a la vida, a la pureza de espíritu, a la gloria.
Ahora nos aparece deslumbrante el retablo situado sobre la tumba del Apóstol, escoltado por los enormes angelotes que custodian su tesoro.
Aquí todo el ambiente está presidido por el dorado metal, dorada también es el arca situada en la cripta donde se han guardado con celo los restos del Santo durante siglos. Dorado es el famoso botafumeiro purificador con su olor a incienso quemado cuyo fin es limpiar el ambiente de malos olores.
Toda esta belleza que ilumina el interior catedralicio abruma al visitante al que por un momento se le olvida lo más importante: dar el abrazo al Santo. Una vez cumplido el solemne protocolo toca salir del recinto catedralicio. Ahora lo haremos por la puerta grande, la más sublime de la catedral: el Pórtico de la Gloria.
Ya estamos glorificados, purificados y esto nos lo hace saber la obra cumbre del arte románico. La puerta, compuesta por un conjunto de 3 arcos, fue esculpida por el maestro Mateo y, contiene un poderoso simbolismo cuya lectura engarza con las restantes fachadas exteriores. Más de 300 figuras de granito, tan vivas y expresivas como nunca antes se habían visto en la Edad Media interaccionan como en un cuadro animado para componer un mensaje teológico basado en la salvación del hombre.
Atravesamos la puerta redentora y aparecemos finalmente en el cielo que se nos aparece en forma de enorme plaza, la archiconocida Plaza del Obradoiro. Los magníficos edificios que la rodean así nos lo hace saber.
Son millones las personas que a lo largo de los siglos han admirado boquiabiertos el entorno que nosotros ahora contemplamos y, cuyo recuerdo inolvidable nos llevamos de regreso a nuestra casa.
Por último, el alojamiento en Santiago es abundante, variado y para todos los bolsillos. Por mencionar una opción, yo me alojé en Mundoalbergue, un gran albergue, bien equipado y céntrico, está en la Calle San Clemente, 16, teléfonos 981.588.625 y 696.448.737. Precio 17 euros.
¡¡¡¡¡Y esto es todo, amigos!!!!!
Espero que disfruteis la Vía del Oro a Compostela igual que la he disfrutado yo.
¡ Un abrazo, peregrinos !
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